La noche aun cubria el ambiente, bajo de la luz de la luna, se lograba divisar a lo lejos los famosos campos de arroz de la aldea del sonido, era una fortuna haber recorrido todos los lugares beneficiosos de esta como una forma de entrenamiento de aprender escenarios tácticos, una señal y los guardias de la aldea de la nube que escoltaban el paso de su general, regresaban asintiendo la orden hacia la aldea. Tomando un paraje antes recorrido, y en el camino descender del caballo para darle un merecido descanso caminando al lado con las riendas en la mano, comenzaba a degustar de las provisiones, mientras a la vez, tomaba ciertas plantas beneficiosas para su travesia, una pequeña muestra era más que suficiente, el viaje tornaba un cierto retraso, pero tomarse su tiempo era vital; aunque ya faltaba cada vez mas poco para llegar al destino pactado.